Desde que era estudiante en la Universidad de Chile, supe que mi camino sería la medicina. Pero lo que realmente me marcó fue mi conexión con los pacientes más pequeños, esos guerreros que enfrentan batallas tan grandes. Mi especialización en trasplante de médula ósea refleja mi creencia de que, incluso en las situaciones más críticas, siempre existe un camino hacia la esperanza.

Con más de diez años de experiencia en el Hospital Calvo Mackenna, he aprendido que la verdadera medicina va más allá de la técnica: se trata de escuchar, comprender y acompañar. Mi trabajo no es solo curar, sino también educar y crear conciencia. La detección temprana salva vidas, y mi objetivo es empoderar a las familias con información clara y accesible.

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