Hola, soy la doctora Natalia González, pediatra hemato-oncóloga infantil, y en este espacio quiero ayudarte a comprender una enfermedad que, aunque suena fuerte, tiene un alto porcentaje de curación cuando se detecta a tiempo: la leucemia linfoblástica aguda (LLA).
La LLA es el tipo de cáncer más común en la infancia. Afecta a la sangre y a la médula ósea, que es donde se producen las células sanguíneas. En esta enfermedad, la médula comienza a producir una gran cantidad de linfocitos inmaduros llamados blastos. Estas células no funcionan como deberían y desplazan a las células sanas, afectando el funcionamiento normal del cuerpo.
Generalmente, la LLA aparece entre los 2 y los 5 años, aunque puede diagnosticarse a cualquier edad. Y aunque el diagnóstico de leucemia puede generar miedo e incertidumbre, quiero que sepas que hoy contamos con tratamientos muy efectivos y muchas historias de recuperación que nos llenan de esperanza.
¿Qué síntomas deben alertarnos?
Es fundamental estar atentos a ciertos signos que pueden orientar hacia un diagnóstico temprano. Algunos de los más frecuentes son:
- Fatiga, debilidad o irritabilidad inusuales
- Infecciones frecuentes o fiebre persistente
- Moretones o sangrados sin causa aparente
- Dolor óseo o articular
- Ganglios linfáticos inflamados (en cuello, axilas o ingle)
- Pérdida de apetito o peso sin explicación
- Dolor o hinchazón abdominal
- Palidez
Estos síntomas también pueden presentarse en otras enfermedades, pero si ves una combinación de ellos y son persistentes o empeoran, es clave consultar con un especialista lo antes posible.
¿Cómo se diagnostica la LLA?
El proceso diagnóstico incluye exámenes de sangre, aspirado y biopsia de médula ósea, y otras pruebas especializadas como:
- Inmunofenotipo, para identificar el tipo de células leucémicas
- Citogenética, que analiza los cromosomas
- Estudios moleculares, para conocer la mutación y el riesgo asociado
Con esta información, podemos definir el mejor tratamiento para cada paciente.
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento de la leucemia linfoblástica ha avanzado muchísimo en los últimos años. Hoy en día, la gran mayoría de los niños con LLA pueden curarse y llevar una vida plena y saludable.
El tratamiento se realiza en varias fases:
- Inducción: busca eliminar la mayoría de las células leucémicas.
- Consolidación o intensificación: elimina cualquier célula restante.
- Mantenimiento: previene recaídas.
- Quimioterapia intratecal: previene que la leucemia llegue al sistema nervioso central.
- En casos de alto riesgo, puede considerarse un trasplante de médula ósea.
El pronóstico depende de varios factores: el tipo de leucemia, la edad del niño, el recuento de glóbulos blancos al momento del diagnóstico y cómo responde al tratamiento inicial. Pero lo más importante que quiero transmitirte es que la leucemia linfoblástica aguda en niños es tratable, y en la mayoría de los casos, curable.
Un mensaje para las familias
Como médica y como ser humano, siempre me esfuerzo por transmitir este mensaje: hay esperanza. El diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado y el acompañamiento emocional marcan la diferencia. Por eso, si tienes dudas sobre la salud de tu hijo o hija, no dudes en consultar. La información y la atención oportuna salvan vidas.